¿Avanzando?

Hacía tiempo que no había nada de lo cual enorgullecerme de mi país y de las personas que nos representan, sin embargo hoy, lunes 21 de diciembre, escuché una noticia que francamente me hizo sonreír satisfecha, se trata de la aprobación de los matrimonios entre personas del mismo sexo gracias a la decisión de la izquierda del país [de la que yo me declaro seguidora] contra la siempre espantada derecha encabezada por el PAN [Partido Acción Nacional].

Sin embargo ahí no se acaba la noticia, sino de que también me llevé la agradable sorpresa de que no sólo se ha aprobado algo que correspondía desde hace tiempo, sino que además se ha aprobado que sean capaces de adoptar, lo que me parece bastante bien porque ya que las parejas heterosexuales no parecen desear cultivarse en cuanto a esto, es decir, la adopción; las parejas gays, tan merecedoras como aptas para dar amor a un niño que ha perdido toda familia que pueda protegerle, puedan ofrecerle eso mismo.

Si hay algo que pueda oscurecer la felicidad que siento en este momento es el hecho de que a nuestros diputados se les ha olvidado un pequeño detalle, que les faltó hacer las reformas necesarias a las leyes de nuestras instituciones de seguridad social, por lo que el hecho de que puedan casarse no les asegura poder contar con aquellos bienes que les corresponderías, para explicarlo mejor, si uno de ellos tiene derecho de atención medica en el IMSS [Instituto Mexicano de Seguro Social] o el ISSSTE [Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado], no podrá brindarle ese mismo derecho a su pareja pese a ser esposos porque la ley orgánica de esas instituciones no lo tiene contemplado. Espero que eso se solucione prontamente.

Lo otro que ha disminuido mi felicidad [y la de todos quienes tenemos ideas similares en cuanto estos asuntos además de las personas que se ven afectadas] son las declaraciones del cardenal Norberto Rivera [ya conocido por su estupidez y enorme intolerancia] que condena la aprobación del matrimonio homosexual y más aún sobre la aprobación de que sean capaces de adoptar, diciendo que ya es peligroso que los niños y jóvenes veamos como normal que dos personas del mismo sexo puedan casarse, además de que el que se permitiera la adopción entre parejas homosexuales era “inadmisible  y condenable” porque según les causaría daños “Psicológicos y morales”. No le bastó con esas declaraciones, sino que dijo también que eso golpeaba a la familia mexicana y “nos instó” a rezar por nuestros diputados para que regresaran al buen camino y además pidió que los demás estados no tomaran el ejemplo de la capital.

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Bueno, ¿Qué puedo decir? Yo no soy católica, no pertenezco a ninguna religión lo que no quiere decir que no las respete, pero me parece que las declaraciones de este hombre intolerante e idiota, no dan mucho animo a que uno se convierta a su religión, porque ni siquiera sostiene los principios de su dios [Como el otro idiota que responde al título y nombre de cardenal y ex ministro vaticano de salud, Javier Lozano Barragán que declaró que ni los transexuales ni homosexuales entrarán jamás al “Reino de los cielos”] que, a menos de que me equivoque, son de amor y tolerancia, al condenar de manera tan despreocupada a quienes también son “sus hermanos”, pero bueno ¿Qué se le puede hacer? La iglesia siempre se ha caracterizado por ello y si algunos de los que lean esto pretenden convencerme de lo contrario citándome a Juan Pablo II o a la Santa madre Teresa de Calcuta,  ahórrense el intento, que al menos de la ultima he leído un artículo de una investigación que no la deja para nada bien parada y que pienso poner como una entrada, no considero que sea una verdad absoluta, pero sus argumentos me han convencido al menos a mí, en fin, espero que nuestras autoridades al menos arreglen bien este asunto, en este sentido, podría pensar que vamos avanzando.