Fuimos entonces y debo confesar que fue sencillo encontrar a las personas aparentemente heteros y terminamos rápidamente esa parte del trabajo que consistía en preguntar a grandes rasgos [y ya que mi memoria es lastimosamente mala] que opinaban sobre la homosexualidad, si conocían sobre la ley de convivencia que se acepto aquí en el DF [y que consiste en la aceptación de oficiar una especie de boda entre parejas homosexuales que les otorga ciertos derechos], que opinaban de esa ley y que pensaban de la idea de que las parejas homosexuales pudieran adoptar. La mayoría de respuestas demostraron tolerancia aunque hubo un empate en cuanto a las opiniones positivas y negativas acerca de la adopción.
En fin, cuando terminamos con la primera ronda de entrevistas fuimos en busca de homosexuales [y claramente no es algo "obvio" en todos los casos, hay gays que son muy varoniles y lesbianas que son realmente femeninas] total que pudimos entrevistar a un grupo de amigos y fue verdaderamente incomodo pedirles la entrevista por la explicación que se les debía dar antes, y fue su mirada, de todos los que entrevistamos, no solamente de los amigos que fueron los primeros; la que nos indico, a mi amigo y a mi, que no éramos bienvenidos a su mundo cercano, lo que me llevo a pensar en la discriminación de la que han sido victimas los homosexuales y, quizás para muchos, extrañamente, también la discriminación que ellos ejercen ante los heterosexuales y ya me digo que esta situación no ha de terminar hasta que dejemos de hacer distinción de nosotros mismos, si los homosexuales se consideran exactamente iguales a los heteros entonces ¿por qué nos expulsan de su circulo?, si somos todos iguales pues no hay porque separarnos, ya para empezar, en grupos, que si hetero, homo o bi, como me dijo alguna vez mi padre [aunque lo haya dicho a son de broma] "Mientras el amor sea puro ¿Qué más da si es entre sexos opuestos o iguales?"
Bueno, espero sus comentarios.
De su retaguardia cada uno es el dueño (versión de salón).
ResponderEliminarMi opinión personal es que la vida privada de la gente no me interesa. Yo no me meto en las intimidades de la gente; no me gusta que se metan en las mías.
Todo bien, si hay personas que por su credo religioso o por un simple parecer personal no están de acuerdo, no tienen por qué estarlo ni nadie tiene por qué exigirles que lo estén. Vale también en la otra dirección: si una señorita quiere estar con otra porque le gusta y la quiere, no veo qué es lo terrible del asunto. Estar o no estar de acuerdo pasa por cada quien, por su crianza y por su esquema de valores, que tiene derecho a manifestar; eso no es algo malo mientras no se perjudique al resto.
El tema es complejo y da para escribir largo y tendido, pero no quiero ponerme excesivamente tediosa con un tomo entero. Para resumirla: la intimidad del resto no me interesa mientras se quede en la intimidad. Cosa que sí detesto y para la que tengo un bajo umbral de tolerancia es cuando la gente se victimiza para sacarse cartel. Buenísimo, sé todo lo homosexual que quieras, ¿pero qué necesidad hay de pregonar tu vida sexual en una marcha conmemorativa?
Iría un poco enlazado con mi opinión acerca de la adopción por parte de parejas homosexuales: de momentos no, no estoy de acuerdo... bienvenido el matrimonio homosexual o como se le llame (se dan uniones de hecho, ¿cuál es el drama para legitimizarlas legalmente como con las personas heterosexuales que quieren casarse?); pero la adopción ya es otro tema porque vemos involucrados a terceros, ajenos a la pareja en cuestión. No hasta que la gente madure y se deje de usar la homosexualidad como un panfleto porlítico por parte de las ONGs. Los niños y los derechos de la gente no son urnas para recaudar votos.
Sé que no son todos, sé que hay personas excelentes independientemente de su orientación sexual; pero la sociedad está todo menos adecuada para adoptar una reforma que más se parece a una campaña pre-electoral que a una lucha por los derechos de la gente.
Estoy de acuerdo con usted, sin duda cada uno es dueño de su retaguardia y de su propia vida, dar a conocerla más que un orgullo es buscar la satisfacción de que sea reconocida por personas ajenas que nada tienen que ver con que aceptes lo que eres o no, aunque claro, el asunto de la aceptación sexual es un tema complicado porque cada persona lo ve, siente y lo piensa de una manera diferente.
ResponderEliminarMuchas veces el que muestra para ser aceptado es porque no siente esa aceptación por si mismo, busca tomar de afuera lo que debería estar dentro, pero bueno, esos temas igual son complicados.
Sobre la adopción, pues en ese tema estoy lo mas neutral que alguien que escucha los pro y contra de esos temas puede estar, no puedo estar a favor ni en contra, pero imagino que una pareja de homosexuales querría tener la posibilidad de educar a un hijo y eso es algo muy humano, sin embargo, y como bien dices, es algo delicado porque ya no son solo ellos dos, sino tres y hay un niño en cuestión que se debe buscar como en cada niño del mundo, que tenga un pleno crecimiento físico, mental y emocional que, quien sabe, si podría lograrse igual o mejor dependiendo de con que parejas se crie, si en una pareja de sexos opuestos o si en una de homosexuales.