martes, 3 de agosto de 2010

Divagar

Hace tiempo que no escribo en el blog, supongo que entre otras razones han estado el hecho de que no me he sentido de mucho ánimo, abrumada por cuestiones diversas que comentaré quizás en las siguientes líneas, porque no es precisamente eso lo que me tiene de regreso.

He estado pensando, como normalmente, en lo que pasa alrededor de nosotros, en este mundo que a momentos parece enorme y a momentos demasiado pequeño, pensar en que lo que pasa en cierta zona del mundo terminará afectándonos, como si realmente los kilómetros no fuesen más que apenas un paso dado por un niño. No es mi intención ponerme poética con ustedes (ustedes mejor que yo saben que apesto para la poesía) sino más bien compartir este pequeño momento de reflexión que tengo en este momento mientras redacto esto.

A mí me gusta la gente, realmente me gustan aquellas personas que demuestran ser en verdad humanos racionales, porque la racionalidad es posiblemente la mayor de las virtudes de la humanidad, por eso, al igual que muchas otras personas, me pregunto de dónde viene esa aparente necesidad por destruirnos a nosotros mismos y a nuestro alrededor, algún amigo seguramente me diría que es porque somos estúpidos y no podría negarlo del todo, dicen que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces contra la misma piedra, pero creo que más que estupidez, es una ambición mal orientada, podemos pensar en esos grandes desastres que han provocado los humanos hacia los mismos humanos de otro lugar, incluso contra sí mismos.

Las guerras, los desastres atómicos, petroleros, las catástrofes ambientales debido a la contaminación por la emisión de gases de industrias y de automóviles, genocidio. Todo tan espantoso que podría dar a pensar si realmente vale la pena vivir en un mundo como este, yo lo pienso a veces, y me llega la desesperanza, esa que siento ahora viendo como la intolerancia traspasa toda barrera moral, contemplando en las noticias el desalojo brutal de mujeres inmigrantes africanas por la policía francesa que califico eso como un procedimiento 'normal', ¿cómo puede ser 'normal' arrastrar a mujeres con niños pequeños, incluso a una mujer embarazada que terminó inconsciente y quién sabe en qué condiciones terminaron ella y el bebé en su vientre? ¿Cómo puede ser siquiera considerado un poco 'normal' si va en contra de todo derecho humano, y de hecho, contra todo sentido de humanidad? No sólo sorprende que haya sido un procedimiento hecho por la policía de un país calificado como 'Desarrollado', un país del que la diversidad de opinión y la cultura es, supuestamente, una característica esencial. No, no sólo eso sorprende, sino que la gente ya no parece reaccionar completamente, sorprende como todos nos vamos insensibilizando ante los horrores que hacen nuestros semejantes, en donde estamos y en otros países, a metros de distancia o a millas, eso es lo que sorprende y a la vez no, porque quizás la sobreexposición a este tipo de cuestiones ha hecho que la gente se acostumbre a ello, a que nosotros lo consideremos 'normal', simplemente 'normal', cotidiano.

Dudo mucho que una simple entrada en un blog pueda lograr una revolución, mucho menos viniendo de jóvenes como nosotros o como ustedes, pero al menos como vía de escape está bien que esto esté en internet, espero que el resto de personas que lean esto entiendan la desesperación que no sólo yo siento, sino que sentimos muchísimos más, adultos, niños y jóvenes que nos preguntamos qué va a pasar en el futuro si no nos armamos de valor y luchamos contra esto.

1 comentario:

  1. La racionalidad es un artículo de primera necesidad que pareciera convertirse en un gasto superflúo en las sociedades industrializadas. Pero además de este habría que cuestionarse si en verdad el actuar con racionalidad es suficiente o si también debemos rescatar otras capacidades humanas como lo es la empatía, por nombrar sólo uno. Un placer volver a leerte, saludos. Por cierto, gracias por el comentario en mi blog, me alegra saber que eres también una romántica en pie de lucha.

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